Prólogo a la primera reedición
electrónica
Escribí este libro entre 1978 y 1985, parte a mano y parte en
una vieja máquina de escribir Remington que heredé de mi abuela materna; cuando
creí tenerlo terminado lo llevé a tipiar a la calle Libertad en uno de los
tantos locales que en ese entonces había para escribir prolijamente cartas
documentos y otros oficios legales: la amanuense que lo pasó en limpio dijo al
entregarme el trabajo que se había emocionado mucho con la lectura, y preguntó
si las historias me habían pasado a mí. Guardo mucho agradecimiento por esa
mujer cuya curiosidad me abrió la perspectiva de estar escribiendo algunos
textos cercanos a los de mis autores preferidos: en el límite o filo mismo entre
la fantasía y la realidad.
Por sugerencia de Gustavo Margulies, que no era pariente pero
nació el mismo año que yo, en 1988 publiqué ochocientos ejemplares en papel con
la editorial de Horacio García, Catálogos; la ilustración de la tapa fue un
Kuitca de pura cepa, cuando sus decisivas obras aún eran para nosotros
simplemente "los cuadros de Guillermo". Durante los años que me llevó
escribirlo, publicarlo y difundirlo fui recogiendo toda clase de opiniones;
resumo algunas:
Merece ser publicado (Humberto
Costantini).
Excelente, sos un escritor (Héctor
Lastra).
Un trabajo de escritura excelente, no es un libro primerizo (Daniel Divinsky).
Me encantó (Daniel Samoilovich).
No creo que haya que corregirlo más pero te soy sincera: no me
convenció (Beatriz Sarlo).
Querés romper con las formas tradicionales del cuento (Luis Tedesco).
Cuando lo leí por segunda vez me conmovió (Guillermo Kuitca).
Es muy bueno, mi amor (Josefina
Darriba).
Es raro, Alexito, pero el último cuento me impresionó (Marlen Spindler).
Es como se escribe ahora (Sergio
Margulis).
Podría andar bien para los adolescentes (Jorge Polaco).
Me gustó, sobre todo "El muñeco" y "El monstruo con pico" (Pablo de Santis).