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Prólogo
Considero que Daniel Stchigel, es alguien que tiene la virtud, y no duda en mostrarla en su libro, de avanzar por el camino de lograr la precisión, que permite la formalización de los conceptos del Psicoanálisis.
Daniel parte de una excusa, el título del libro: Elogio a Bunge, para meterse de lleno en la obra freudiana, pero no de cualquier manera. Él permite interrogar la obra de Sigmund Freud y la experiencia analítica a partir de la enseñanza de Jacques Lacan. Me autorizo a decir que el libro es un “Elogio a Freud” pues desde el inicio muestra sus cartas, diferencia su recorrido del recorrido de Mario Bunge, y no duda en definirse como no-cientificista, aunque se considera un admirador de algunos desarrollos científicos. Se propone pensar, cuestionar e interrogar, a partir de entrar en discusión con dicho autor; cómo el Psicoanálisis podría pasar la prueba de cientificidad, si quisiera. Ya que supone que uno de los desencuentros de Bunge con el Psicoanálisis depende de cómo este comienza leyendo a Freud. Daniel Stchigel puede justificar de manera correcta que el haber comenzado por leer el “Compendio de Psicoanálisis” en lugar de iniciar por el “Proyecto de Psicología para neurólogos” fue la causa de tantos desencuentros entre estos investigadores.
Bunge es un iluminista, que ubica al Psicoanálisis cerca del oscurantismo, incluyéndolo dentro de la categoría de una pseudociencia.
Me sorprendió el título que Daniel elige para su libro, rápidamente lo leí para saber entonces dónde se encontraba el elogio a Bunge, por ello me atrevo a adelantarles el dato que constituye, a mi entender, el problema que le permite a Daniel hacer el elogio y se encuentra en esta cita:
Dice Bunge: “[...] en el caso de los humanos, además de la mutación genética, está la creatividad (conceptual, tecnológica, artística, ideológica y social) [...] algunas innovaciones son no adaptativas: piénsese en el delito, la guerra, la desigualdad entre los géneros, el racismo, la explotación y la adoración de deidades crueles y gobernantes despóticos” (Bunge, 2008, p. 149).
Stchigel se permite no comprender por qué Bunge no recurrió a elogiar a Freud:
“Sólo podemos establecer regularidades estadísticas, que dejan librados al azar los casos particulares. Ignoramus, ignorabimus. Es justamente este terreno espinoso en el que el psicoanálisis se ha animado a meterse. ¿Cómo no elogiar a Freud por ello, más allá de lo discutible de sus resultados?” (Stchigel, 2012)
Pregunta que, como resalté en el inicio, no hace más que servirle de excusa para meterse de lleno en el Psicoanálisis. Hay un estilo que caracteriza a Daniel como excelente investigador del psicoanálisis y es que intenta, y lo logra de manera impecable, presentar algunos contenidos del Psicoanálisis y armar un sistema deductivo, conformado por enunciados de ley, que los presenta ordenados según su mayor o menor grado de generalidad, así es que permiten establecer si unos se siguen de otros en función de ciertas reglas lógicas.
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Elogio de Mario Bunge: El último de los iluministas. Seguido de un elogio del psicoanálisis
de Daniel Omar Stchigel
ediciones elaleph.com
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