https://www.elaleph.com Vista previa del libro "La dama de las camelias" de Alejandro Dumas | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Viernes 26 de abril de 2024
  Home   Biblioteca   Editorial   Libros usados    
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas (1)  2  3  4 
 

Estoy convencido que no se pueden crear personajes sin haber estudiado mucho la humanidad, como que no se puede hablar un idioma sin aprenderlo antes perfectamente.

No teniendo, como no, tengo, la edad indispensable para inventar, he de contentarme con referir.

Supongo que el lector se persuadirá pronto de la veracidad de la presente historia cuyos personajes, excepto la heroína, viven todavía.

Muchos testigos existen en París, de la mayor parte de los hechos que voy a consignar, los cuales podrían confirmarlos si mi testimonio no fuese bastante.

Una circunstancia especial hace que únicamente yo pueda narrarlos, puesto que soy el solo confidente de los más íntimos detalles sin los cuales sería imposible de todo punto hacer una relación interesante y cumplida.

Debo comenzar explicando la singular manera como llegaron a mí tales pormenores.

El día 12 de Marzo de 1847, llamó mi atención un cartel amarillo fijado en la calle Laffite. Por él se anunciaba la venta de muebles y objetos curiosos, venta que iba a celebrarse por haber fallecido su posesor. En dicho anuncio no se citaba el nombre del difunto, pero sí que debía tener lugar la venta en la calle de Antín, número 9, el día 16, de las doce a las cinco de la tarde.

Decía el anuncio también, que podían visitarse las habitaciones y los muebles durante los días y 13 y 14.

Como soy aficionado a curiosidades, resolví aprovechar la ocasión, si no para comprar, para satisfacer al menos mi costumbre.

Presentéme pues, al siguiente día a la calle de Antín, número 9.

Por más que creía ser de los primeros, encontré que se me habían anticipado varios.

Había entre la muchedumbre algunas señoras que, si bien lucían riquísimos vestidos de terciopelo y abrigos de cachemir, y eran esperadas en la puerta por lujosos, y elegantes carruajes, contemplaban admiradas, sino envidiosas, aquel cúmulo deslumbrante de objetos tan ricos, como caprichosos y artísticos.

Luego me expliqué tanta admiración y asombro, pues examinando también, eché de ver que me hallaba en la que fue morada de una cortesana.

Es proverbial el deseo que sienten las señoras del gran mundo para escudriñar el interior doméstico de ciertas mujeres, cuyos soberbios troncos salpican de lodo sus carretelas, que al par de ellas y entre ellas, tienen un palco en la Ópera y en los italianos, haciendo pública ostentación de su belleza, como de sus costosas galas y de sus escándalos.

La que habitó la casa en que me hallaba, había muerto; podían, por lo tanto penetrar en su gabinete las damas más virtuosas. La muerte había desinfectado la atmósfera de aquella espléndida sentina y, sobre todo, podían hasta las más escrupulosa, escudarse en el pretexto que acudían a una venta, ignorantes de los pormenores de la casa a que se las llamaba.

 
Páginas (1)  2  3  4 
 
 
Consiga La dama de las camelias de Alejandro Dumas en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
La dama de las camelias de Alejandro Dumas   La dama de las camelias
de Alejandro Dumas

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2024 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com