Interno
A la espera;
desconcertante.
Derretidas lágrimas de intimidad,
en un cuarto sin sonidos.
Un golpe seco tras la puerta;
un silbido de una respiración casi muerta.
Alaridos despreocupados, de una imagen abandonada, en el
reflejo de un sonrojado corazón.
Una caricia de sol, no me haría mal;
nunca antes había conocido el temor.
Manos torpes y desorientadas,
de acciones pensadas por si solas.
Una amarga caricia, no cura la infección.
Afecto desproporcionado.
Los genes de una persona lejana que murió de tristeza,
antes de que viera la luz;
sus cenizas han quedado en una brisa,
donde suelo ahogarme.
Flor pensativa, marchitándose en la garra de una ácida
hipocresía.
He tenido todos los colores en mis manos;
no he sabido cuidarlos;
se han escurrido entre mis dedos, dejando un pobre rastro
deshidratado...
Oh, mi dolencia;
goteando por la presión;
cambiantes problemas arrastrados en el tiempo.
Buscando la gloria, obtuve la asfixia.
Todo esta ardiendo ahora;
y detesto el calor;
cuando las cosas se enfríen,
todo volverá a la normalidad;
cuando la rabia termine;
todo esta arruinado.
Adentro, adentro,
donde no hay cielo,
muy adentro, estoy yo;
afuera, afuera,
donde la lluvia molesta,
lejos, lejos;
muy fuera;
he perdido la identidad.
Nadie puede despedirme, porque ya me he ido,
nadie puede herirme, porque ya me he herido;
y todas las cosas que dije ya no interesan;
todo cuenta;
mis palabras no son perfume.
La puerta trasera, siempre estará abierta para mi
salida.