Las ?Historias escondidas de Buenos Aires? son eso,
historias que todos los días vivimos y están ahí. A algunas las vemos y a otras
no tanto, pero están. La mayoría reflejan la vida de una clase de personas en
las que creo estamos casi todos los mortales: los que tocamos un rato el
infierno y un rato el cielo, zigzagueando siempre entre la fantaseada felicidad
y la derrota inminente, pero pasajera.
Las
?Historias escondidas de Buenos Aires? son muchas, como en cualquier gran
ciudad, con una diferencia: ésta es nuestra ciudad y por eso nos podemos
reconocer. La misma ciudad de la
que nos quejamos, la misma que nos emociona festejando algo en el Obelisco. La
que saboreamos un viernes cuando salimos apurados del trabajo para disfrutar de
los amigos o de la familia. La misma que nos acaricia caminando por Corrientes o
por Santa Fe. La misma que nos provoca una profunda melancolía en la soledad de
un domingo a la tarde... o la pereza de un lunes a la mañana.
Estas
historias tienen como protagonistas a gente de carne y hueso. No hay ningún
superhéroe fantástico ni alguno que vuele por las alturas, con vista de águila.
Son personas que sienten, ríen y viven como cualquiera. Se alegran y entristecen
tal como en la vida. Esa vida que todos los días construimos sin darnos cuenta,
entre todos, para que el planeta sea un poco más humanamente habitable...