Muerte por agua no es una novela tradicional. Su estructura es el resultado de la necesidad de dar integración a un universo que se descompone: el desorden, la desintegración entran así a formar un orden nuevo, gracias a la forma redonda de un ciclo temporal que se cierra sobre sí mismo, detenido para siempre. En una ciudad diluida entre la lluvia y el mar, en una casa que es a su vez una isla rodeada por la lluvia, tres personajes -otras tantas islas- giran en un cuarto deshabitado, que se empeñan en poblar con el pasado, con la memoria. Se repite el mito eterno de la muerte dada a aquello que se ama, por el afán de darle vida mirando hacia atrás, hacia el pasado: Orfeo, la mujer de Lot.
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