La enigmática llegada de un cuadro procedente de Gran Bretaña dirigido a los hijos del pintor despierta la curiosidad de éstos, al tratarse de la primera señal de un progenitor que desapareció cuando todavía eran niños. María y Martín, deseosos de encontrar respuestas al incidente que marcó su infancia, deciden viajar de Estocolmo al sur de Inglaterra, donde creen que puede hallarse el padre. María es una arquitecta independiente y entregada a su trabajo. Martín, casado y con hijos, lleva una vida muy diferente a la de su hermana. Prácticamente desconocidos el uno para el otro, ambos irán descubriéndose en esa búsqueda común del padre, un artista que dejó su huella en lugares dispares. Este proceso itinerante, que les llevará incluso a replantearse sus propias existencias, se alterna con las anotaciones en el diario de una tal Laura, hija de un pintor de provincias, cuya vida transcurrió en la Inglaterra victoriana. Desde la infancia hasta la muerte, Laura se revela como un personaje fascinante, una mujer solitaria, luchadora y con una gran pasión: el arte. Página a página, el periplo de los hermanos y los pasajes protagonizados por Laura, en apariencia desvinculados, irán desvelando una serie de hilos secretos que convergen en un final redondo. Palm, considerada una de las voces más interesantes de la literatura escandinava actual, parte de un entramado familiar para narrar una gran historia que plasma los caprichosos giros del destino y que aborda en profundidad la difícil conciliación entre seguridad y libertad, deber y devoción artística.
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