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ediciones
Ediciones Palabra
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Edición:
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Tercera Edición - 1980
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Tomos:
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1
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ISBN:
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8471181398
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Medidas:
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10,3 x 16,8 cm
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Estado:
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Bueno
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Género:
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Religion
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Peso:
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150 gramos
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Reseña del libro
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* Los importes están expresados en dólares estadounidenses. Política de Devoluciones.
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Descripción del libro usado "La tibieza"
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La tibieza es una parálisis espiritual, una enfermedad del alma. Esa debilidad de las fuerzas del alma es consecuencia de la falta de ilusión, porque no se tiene en cuenta el amor que Dios nos profesa y, por lo tanto, no se encuentra aliciente para comportarse como a Dios le gusta; es "una cierta tristeza, por la que el hombre se vuelve tardo para realizar actos espirituales, a causa del esfuerzo que llevan consigo" (Sto. Tomás de Aquino).
La tibieza nace de la dejadez prolongada en la vida interior; nace de sucesivas transigencias, cediendo fácilmente ante los pecados veniales. Y todo ello porque no se tiene a Dios suficientemente presente y se le da poca participación en la vida, quizá pensando en El sólo en esas cuantas ocasiones destacadas; pero no en las peripecias y las coyunturas que entretejen los días corrientes. Se comprende que así no se le pueda llegar a tomar cariño.
Lo más peligroso de la tibieza es que se parece a una pendiente inclinada, que nos va alejando poco a poco, y cada vez más, de Dios. Por lo mismo que decíamos antes: si no le tomamos cariño, es natural que se nos ocurra muy poco el pensamiento de hacer las cosas que a El le gustan y de no hacer lo que le desagrada.
Además, la tibieza es un enemigo poderoso, pues incluso las personas que llevan una vida piadosa, y frecuentan los Sacramentos, pueden verse atacadas por la tibieza.
En cada uno de los capítulos de este libro, el autor, Francisco Fernández Carvajal, va estudiando los diferentes aspectos y las distintas manifestaciones de la tibieza; al mismo tiempo, después de un diagnostico acertado, lleva al lector por caminos de aliento, ofreciéndole las recetas que, como buenas medicinas, le pueden hacer reaccionar y descubrir la grandeza y las alegrías que hay en el amor de Dios. Acaba recordándonos que: "El amor a nuestra Madre será soplo que encienda en lumbre viva las brasas de virtudes que están ocultas en el rescoldo de tu tibieza".
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