Esta modesta obra, que sale a luz no con la pretensión de exponer conceptos elevados sobre sociología, sino con el objeto de explicar llana y sencillamente la encíclica Rerum Novarum, no ha sido escrita para los intelectuales que pueden entender por sí mismos el texto y que pueden disponer de libros para profundizar y perfeccionar sus conocimientos. Ha sido destinada para ti, obrero, que pasas el día, de la mañana a la tarde en el trabajo, y que al volver a tu hogar quieres dedicarte a leer y estudiar, a la luz de una bujía o de una lámpara, algo que trate de tus problemas, de tus derechos, de tus deberes, y que llene tus justas aspiraciones de mejoramiento y tu legítimo anhelo de felicidad.
El texto pertenece a una parte del prólogo.
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