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Historia de la civilizacion
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 Reseña del libro
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Política de Devoluciones. |
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Otros libros en la misma sección |
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Descripción del libro usado "Historia de la civilizacion" |
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| Tomo 1: Al soplo del viento de los tiempos pasados se construye el futuro. Pero no es la historia la que marca el paso de la marcha, sino las generaciones. Ella sólo acumula los materiales y los selecciona; construir es cosa del hombre, del hombre vivo que se apasiona por levantar torres de Babel pese a la confusión de lenguas que siempre acompaña a todo hecho importante de la historia. Pero hay que avanzar; avanzar es cuestión del tiempo, el rumbo lo marcan los pastores de pueblos, los guías y los caudillos. Esto es la historia; recopilarla, traer sus acontecimientos a la grupa o exponerlos como un trofeo o como un trapo sucio, es desvirtuar su fin; amontonar fechas, nombres u conceptos, como si con ello se pretendiera ensacarlos en la mente de los aficionados, es despreciar las vivencias que en su seno anidan; desparramar sus hechos y sus hombres, como si con ello se quisiera estercolar la tierra, por eso de que son cosas que fenecieron, es desaprovechar las enseñanzas psicológicas y sociales que guarda la historia, maestra de la vida. La historia es una concatenación de hechos. Unos a otros se ciñen y se estrangulan. De las cenizas recién aireadas nacen con nueva vida quehaceres pletóricos de generación. No existe el anacoretismo en esta dura penitencia de la existencia humana. El vaivén de imperios y naciones no es más que un ciclo, una noria cuyos cangilones suben siempre un agua distinta e igual. Por eso se precisa ofrecer la historia como un museo. Acaso convenga recorrerlo, guía en mano, con paso lento y la mente despierta a la observación. El orden, la documentación, la veracidad son tan importantes en un museo, y en el museo de la historia, que ello es su esencia o, si se quiere, uno condición sine qua non. También aquí se han despreciado las mixtificaciones, y en las aras de la razón y de la verdad, se inmolan todo el quehacer histórico. No sólo el duro batallar, el férreo cabalgar de ejércitos sobre ejércitos, también la monótona y pesada marcha de los hombres de ingenio, de los sabios, de los artistas, de los literatos, que ellos también hacen la historia. Por todo ello ofrecemos una auténtica historia. Por todo ello ofrecemos una auténtica historia de la humanidad, la verdadera historia de la humanidad, la HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN. Tomo 2: La historia ha dejado de ser la crónica de los reyes y de los héroes, de la Iglesia y de la monarquía, de los generales y de los ministros, para ser la historia de los pueblos y de la civilización. Al podium de los inmortales donde un clamor de estadio había alzado a sus ídolos, has subido el arte, la ciencia, la literatura, el devenir político y cultural de las generaciones; en una palabra, la civilización entera. Héroes anónimos, triunfos desconocidos, metas conquistadas sin el aplauso de la muchedumbre son ahora grabadas en los fastos de la historia. El génesis de la cultura atropellada por los imperios asiáticos; mezcolanzas de pueblos y de civilizaciones en los duros avatares de las conquistas; la miel ática de la vida ciudadana en la Hélade de Pericles cuando la filosofía asentaba si reales en el ágora y el arte llenaba la acrópolis y la Magna Grecia; la inflexible rueda del Estado romano allanando a golpes de Derecho y de legiones la incultura y la barbarie; el ocaso de los dioses a la nueva luz del evangelio, cuando el mundo despertó a la voz de apóstoles y eremitas bajo el cielo rojo de los mártires; el nacimientos de Europa fraccionada en naciones bajo el peso del feudalismo; He aquí la historia. El mundo avanza. La historia, que ve el camino, desconoce el final. Y al paso marcial, no de batallones en orden de batalla, sino del progreso y del bienestar colectivos, la humanidad se agrupa y avanza esperando el momento de unirse en compacto pelotón en el que no figuren colores, banderismo, naciones, ni partidos de ninguna clase. Pero, el complejo estructural - social y jurídico de la Edad Media significa un largo estacionamiento de la encrucijada del tiempo. Acaso, sólo una tregua, un descanso. Porque del marasmo medieval, la humanidad da el salto formidable que representa el Renacimiento, colosal eclosión de años de inconsistencia. Conocer el pasado es aleccionar el futuro. Eso pretende nuestra HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN. (Historia de la civilización. Tomo 1 y 2).  Ir al inicio |
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