Los autores de este libro son dos maestros de Nueva York que se han propuesto poner al alcance de la juventud estudiosa de América un sucinto y vívido panorama biográfico de aquellos grandes hombres a quienes el continente iberoamericano debe la formación material y espiritual de sus veinte pueblos, cada vez más conscientes de su propio valer y de su responsabilidad en la obra común americana y en el avance de la civilización mundial. En la interpretación histórica del conjunto panamericano, formando un todo bien definido dentro de la evolución social de la especie, estriba de mayor acierto de los autores. Los tratados de histoira americana se caracterizan, por magistrales que sean en su exposición, por marcar una separación demasiado profunda entre el carácter, la psicología, la cultura diferentes naciones del hemisferio occidental. Todo lo más, se llega a agrupar, en un mismo estudio del acervo histórico, a pueblos espiritualmente ligados por la comunidad de idioma y de origen etnográfico. Pero subsiste siempre un abismo difícilmente franqueable entre las grandes constelaciones de tronco hispano, lusitano y anglosajón. Con extraordinaria soltura de método y elegancia de forma, ha sido salvado este escollo por los autores del libro. Su condición de norteamericanos no les ha impedido -antes bien les ha ayudado- avizorar la fuerza esperitual, política y económica que sacudió, despertó y levantó en ansias incontenibles de libertad e independencia a la vastísima variedad de pueblos del continente latinoamericano. La unidad nacional del Norte, en contraste con la diversidad del Centro y del Sur, explica muchos fenómenos del pasado y del presente. Los autores, caminando con resolución hacia la raíz de los mismos, los divulgan certeramente mediante el análisis de la personalidad y las circunstancias en que se movieron los audaces fundadores de nuestra América, los eximios próceres de las revoluciones liberadoras, los mismos dictadores que, inconscientemente, preparaban un porvernir mejor, y por fin los grandes educadores, estadistas y conductores de pueblos de los últimos tiempos. Con honda comprensión interamericana se pone de relieve, así, el tono irrebatible de América entera que, por encima de las divisiones geográficas y políticas, es consubstancial con la libertad de los hombres, la soberanía de las naciones, la democracia de los gobiernos, la fraternidad de los pueblos y los postulados de perfeccionamiento humano y de Mejoramiento social.
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