Fin


Primera página : El Proceso poético

Lunes 01 de Marzo de 2004
El Proceso poético
Cuando comencé a revisar mi biblioteca en busca de textos sobre la creación poética, indefectiblemente arribé a las más de setecientas páginas de verso de Jorge Luis Borges: sostengo que su obra poética, muchas veces explicativa, constituye por sí sola una enciclopedia (de Babel) sobre la poesía.

Borges atraviesa los diferentes estilos que componen el abanico de la poesía clásica y moderna: desde el soneto al verso libre, desde la prosa poética a la rima más agotadora, desde el lirismo al barroco, desde la erudición lingüística a la sencillez del verso, Jorge Luis Borges es, definitivamente, no sólo uno de los narradores más importantes del mundo, sino también, un poeta universal.

Y es porque en su poesía se resumen otras poesías, otras palabras, podemos considerarlo un autor bisagra para hablar del proceso poético: Borges, con su erudición, no sólo habla por sí mismo, sino que en variadas ocasiones habla con la voz de otros poetas.

A modo heideggeriano tomamos dentro de su obra poética tres palabras-guía que nos permitirán desmenuzar una reflexión sobre la creación poética.

Borges dice (las tres palabras-guía son):

1. ?Para un verdadero poeta, cada momento de la vida, cada hecho, debería ser poético, ya que profundamente lo es? (1972).

2. ?La misión del poeta sería restituir a la palabra, siquiera de un modo parcial, su primitiva y ahora oculta virtud? (1975).

3. ?La poesía / vuelve como la aurora y el ocaso? (1960).



Primero



En 1972 Borges publica su octavo libro de poemas, El oro de los tigres . Ya con una consagrada carrera como narrador y poeta, en el prólogo del libro señala que para un verdadero poeta, cada momento de la vida, cada hecho, debería ser poético, ya que profundamente lo es. Continúa relatando que su poesía surge de la libertad (por lo que se sitúa, si tendría que hacerlo, en el modernismo); y, con ella, la libertad que le suma a su palabra el castellano. Por otro lado, comenta que su temática fundamental gira en torno a la preocupación filosófica heredada de la biblioteca paterna.

Los versos de Borges nos dejan ver un sentido de la creación como un transcurrir, como un encuentro con la palabra en cada instante. Pero no es solamente en el encuentro con el otro o lo otro que surge la creación poética, sino también en el encuentro con uno mismo: el proceso que nace en el diálogo del ?Yo poético? que llevamos. Es así que se habla no sólo de la captación de todo momento de la vida como un momento poético, sino también de las influencias concientes o heredadas que enriquecen nuestro lenguaje y problematizan nuestra reflexión. Todo, a través de la palabra y del lenguaje.

Borges dice: Un idioma es una tradición, un modo de sentir la realidad, no un arbitrario repertorio de símbolos. Y es ahí donde podemos completarlo con las palabras de Hölderlin y su poetización de la poesía: Se le ha dado al hombre el más peligroso de los bienes, el lenguaje, para que con él cree y destruya, se hunda y regrese a la eternamente viva, a la maestra madre, para que muestre lo que es, que ha heredado y aprendido de ella lo que tiene de más divino, el amor que todo lo alcanza (Heidegger, Arte y poesía ; F. C. E; Buenos Aires, 1992). La poesía es palabra y es lenguaje, es una herencia eterna que conforma un devenir cultural en la historia de la humanidad.



Segundo



En el prólogo de La rosa profunda (1975), Borges caracteriza la creación poética como forma de un ?proceso?, y dice: En lo que me concierne, el proceso es más o menos invariable. Empiezo por divisar una forma, una suerte de isla remota, que será después un relato o una poesía. Veo el fin y veo el principio, no lo que se halla entre los dos. Esto me será revelado, cuando los astros o el azar son propicios. Esta revelación, que realmente podríamos traducir como el trabajo de maduración de la palabra poética, es el proceso que llamamos ?creación poética?. Es el tiempo que se extiende desde que los primeros versos surgen de nuestra cabeza en forma lírica, y se vuelven símbolos (en forma de escritura), hasta que decidimos que el poema está preparado. Opto por usar la palabra ?preparado? para no caer en el determinismo de la ?finalización? o ?terminación?, ya que debemos considerar que un poema nunca se termina como algo total, pues, aunque nace en un contexto y momento histórico determinado, éste variará siguiendo nuestra maduración histórica, nuestro crecimiento: un poema nunca está libre de una relectura y de una corrección.

Cuando Borges señala que la misión del poeta sería restituir a la palabra su primitiva y ahora oculta virtud, se refiere específicamente a dos cláusulas, que, a su entender, debiera tener todo verso: comunicar un hecho preciso, y tocarnos físicamente, como la cercanía del mar. A diferencia, quizá, de su obra narrativa, entiende que la poesía debe centrarse en un solo hecho o tópico sobre el cual gire la conformación de los versos. Muestra clara de que el propósito del poema es producir esa sensación de estremecimiento, como el mar y sus contrastes, frío e imantado, misterioso y bello, como la cercanía del mar.



Tercero (y último)



En El hacedor (1960) Borges escribe el poema titulado ?Arte poética?. Una doble simbología en Borges gira en torno a la aurora y el ocaso.

Primero: para el escritor, los momentos en que las cosas suceden, cuando se producen los cambios sustantivos o se desatan los hechos, son los dos instantes en que el día se transforma en noche y la noche regresa al día, los momentos que son una bisagra: la aurora y el ocaso. Es por ello que él identifica los cambios en la vida, así como el proceso de creación poética, en estos dos momentos. Esta característica se repite a lo largo de su obra literaria, y en ?Arte poética? la encontramos caracterizando a la palabra poética y a la creación de ésta:

...La poesía

vuelve como la aurora y el ocaso

El día, como la vida, es circular; es un continuo de sucesos que indefectiblemente retornan, como el ying-yang, como el hombre. Borges, en el poema, escribe sobre la poesía:

También es como el río interminable

que pasa y queda y es cristal de un mismo

Heráclito inconstante, que es el mismo

y es otro, como el río interminable.



Segundo: en ?Arte poética? se produce una conjunción de los elementos borgeanos. Este proceso que denota en la creación poética conlleva una síntesis del poeta mismo. No sólo las dudas, las preguntas y la reflexión, sino también los miedos, los tormentos y los elementos que giran alrededor de uno: lo que ve, lo que oye, lo que toca, lo que prueba. Todo esto forma parte del proceso por el cual surgen los versos que, poco a poco, van conformando un poema.

En Borges, estos elementos giran alrededor del agua, el tiempo, los sueños, la vigilia, la muerte, la noche, el hombre, los espejos, Ulises y la literatura erudita, el retorno, Heráclito... todo en los momentos que van desde la aurora al ocaso, y del ocaso a la aurora.

Por último, como bien podemos señalar en este poema, el proceso de creación poética es la búsqueda de la palabra. La palabra que refleje las virtudes y miserias, lo que nos rodea y lo que nos reprime. Entonces, ¿es la palabra la que pone al poeta en la inmortalidad del retorno, o el poeta, el que pone la palabra en la inmortalidad?

Ver en el día o en el año un símbolo

de los días del hombre y de sus años,

convertir el ultraje de los años

en una música, un rumor y un símbolo,

ver en la muerte el sueño, en el ocaso

un triste oro, tal es la poesía

que es inmortal y pobre. La poesía

vuelve como la aurora y el ocaso.

Basta decir que la vida es una sucesión de momentos que pueden ser tomados, según la mirada que los encuentre, como poéticos. Es ahí donde encontramos a los Poetas. Aquellos que con su mirada hacen de la vida una poesía.

Bibliografía consultada:

- Borges, Jorge Luis;
Obra poética; Emecé Editores; España; 2001:
El hacedor; 1960
El oro de los tigres; 1972
La posa profunda; 1975

-Heidegger, Martín; Arte y poesía; F. C. E; Buenos Aires, 1992:

Hölderlin y la esencia de la poesía; Trad: Samuel Ramos.

 
Publicado por Emmanuel Taub a las 12:44