El maíz prospera en la orilla del lago Titicaca, aquí y allá en lugares de especial preferencia, pero también requiere once meses para que maduren sus pequeñas mazorcas, casi esféricas.
Estos pocos datos agrícolas dan una escala bastante amplia de las condiciones climáticas de la región, bajo las cuales crearon sus obras los fundadores de Tiahuanaco y sobre la alimentación que les procura el suelo patrio.
Abarcar con claridad las condiciones topográficas del alto valle de Tiahuanaco es de especial interés para los arqueólogos, porque se ha supuesto en muchas ocasiones que el cambio de nivel del lago, para el cual se dan todos los vestigios desde el punto de vista geológico, debe haberse producido en la era histórica. Sin embargo, no se ofrecen a los geólogos suficientes puntos de partida para la definitiva solución de esta cuestión. El geólogo, habituado a calcular en grandes cifras, considera más probable que en la época de la erección de los edificios de Tiahuanaco, la distancia al lago haya sido aproximadamente igual a la actual, que el lago haya bañado en aquel entonces el lugar de emplazamiento de las obras. Pues si pocos siglos hubiesen bastado para provocar tan significativo receso en el nivel de las aguas (35 0 40 metros), entonces tampoco sería muy remota la época en que el lugar de las obras estaba bajo el agua, en el supuesto que el retroceso haya sido regular en el período dado.
Sólo los datos históricos confiables serían capaces de dar completa seguridad al respecto. Ellos prodigarían al mismo tiempo al geólogo la rara gracia de corroborar con números un hecho emanado de sus observaciones.
A continuación, se reúnen sumariamente los pocos datos que se pueden evaluar para la clarificación de este problema importante para la arqueología, de mayor significación tal vez para la geología.
De acuerdo con la Relación de la Provincia de los Pacajes, Tiahuanaco se encontraba en 1586 a una legua del lago. En la actualidad, la distancia es considerablemente mayor, pero quizá lo fuera entonces, de lucido que habría que admitir una estimación general y menos precisa de la distancia. Este dato parece corroborarse también de otra manera.
La aldea de Huaqui existía ya hacia unos cien años, cuando se confeccionó el informe precitado, pues según la leyenda le habría dado su nombre Tupac Inca Yupanqui. Tal vez sea más antigua aún, Presumiblemente, esa leyenda sólo se inventó con el propósito de sustentar la incorrecta derivación del nombre del idioma quechua. En el siglo XVI, Huaqui se encontraba a una distancia del lago de un de arco. Ahora bien, si se pudiera comprobar que la aldea ubicada hoy en día pocos metros sobre el actual nivel se encuentra aún en su antiguo emplazamiento, quedaría probado que el lago Titicaca quizá tuviera el mismo nivel actual, mucho antes de la llegada de los españoles.
Otra prueba parecida la suministra tal vez, un antiguo fuerte aymará en el valle del río Escoma v la localidad eponima, que según el mapa de Pentland se encuentra a unos ocho metros sobre el nivel del lago. El fuerte parece prolongarse hasta el fondo del valle plano aluvional. Si la exploración del lugar confirma estas relaciones, se comprobaría el hecho que en tiempos muy anteriores al siglo XV, el nivel del lago debe haber sido igual al presente.