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Inicia una aventura
Las tranquilas aguas del golfo de Cariaco llegan a la playa como minúsculas olas que terminan mansamente en la orilla con un ritmo adormecedor. El sol empieza a levantar por el oriente. Hay gaviotas volando alrededor, esperando encontrar algún cardumen de peces. Una lancha se divisa a lo lejos, posiblemente con algunos turistas de paseo. El cielo, completamente azul. A lo lejos se observa una que otra nube, bastante pequeñas, por cierto.
Sentado en una silla de plástico detrás de la casa que alquiló para pasar sus vacaciones de verano, la cual da a la orilla de la playa, se encuentra Ángel Saúl, a la sombra de un cocotero, vistiendo una bermuda gris, una franelilla azul oscuro, sandalias playeras y una gorra gris de los Leones del Caracas; se encuentra relajado, disfrutando de uno de sus momentos de meditación, tratando de encontrar respuesta a una pregunta que apareció en su mente en tiempos recientes.
La pregunta no tiene que ver con el mundo material, sino con un tema más bien espiritual. Ángel Saúl siente que el mundo va de mal en peor. Cada día hay más hambre y más pobreza. Con el pasar de los días a la gente parece importarle menos lo que ocurre, como tratando de evadir una realidad que cada vez está más cerca de nosotros. Materialismo y consumismo parecen ser los pilares de nuestra sociedad actual. Estos pilares traen como consecuencia una creciente falta de conciencia tanto individual como colectiva, lo que acarrea entre otras cosas egoísmo, envidia y la destrucción progresiva tanto del planeta como de nuestra propia humanidad. Los síntomas son bastante evidentes: Ángel Saúl mira a su alrededor y observa con preocupación y a veces con desesperación como los seres humanos que le rodean actúan de manera irracional, egoísta, y sin un dejo de conciencia. Y peor aún, él mismo actúa de esa manera en ocasiones...
Podría empezar con ejemplos sencillos, como personas que toman el carril de emergencias en la autopista para adelantar vehículos en el tráfico de la ciudad, sin importarles que están afectando a personas que decidieron seguir las reglas establecidas, o individuos cometiendo infracciones de tránsito, algunas veces incluso enfrente de las autoridades, o personas que viven en conjuntos residenciales y que de manera inconsciente dañan las áreas comunes, o compañeros de trabajo que arrojan basura por la ventanilla de sus vehículos. Y luego podría ir avanzando en la escala para ver la dirección en la que va nuestro planeta. Basta con leer el periódico para darse cuenta que el mundo no está bien. Crímenes por doquier. Robos, peleas, acusaciones por motivo del dinero o del poder, guerras alrededor del mundo, intervenciones de gobiernos sobre otros gobiernos con el uso de la fuerza, retaliaciones de grupos que pretenden reivindicar sus derechos masacrando a gente inocente, ataques de unas religiones contra otras, y pare usted de contar...
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La sociedad del futuro: El despertar de la conciencia
de Rafael Bueno
ediciones deauno.com
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