Ya la descomunal extensión de Buenos Aires, cuya superficie supera tres veces la de París y Berlín y cuatro veces la de Viena, da una idea de la importancia de la pujante metrópoli sudamericana, y su trascendencia y prestigio irán en constante incremento a medida que los valiosos productos de su dilatado hinterland compitan triunfalmente con los de los mayores estados productores de granos y carnes del mundo.
Desde el punto de vista panorámico su gran rival, Río de Janeiro, le lleva, por supuesto, considerable ventaja. Por su parte, Buenos Aires tiene una importancia mayor en el aspecto mercantil. ¡Qué ajetreo de personas, coches y animales reina en las calles de la ciudad antigua! ¡Qué abundancia de tesoros en las tiendas y almacenes que se suceden en apretadas hileras y qué montaña de máquinas, materiales de construcción, artículos de vestir de todo tipo hasta los más finos accesorios de la moda provenientes de París, Londres y Berlín son transportados diariamente al interior en docenas de largos trenes!
Por cierto, también entran en consideración como puertos de importación y exportación de importancia Rosario al norte y Bahía Blanca al sud, pero Buenos Aires sigue absorbiendo la parte del león del comercio interior y exterior de la Argentina. En sus diques se acumulan los cargamentos más sorprendentes que, como ocurría en 1980, traían diariamente casi cien vapores de ultramar, de cabotaje y fluviales con calados de 40.000 toneladas, es decir por una flota mercante internacional que por su magnitud es comparable a la de Londres. Al final de cada temporada concurren allí los mayoristas de las capitales de provincia para renovar sus existencias y por otro lado crece a tal punto el acopio de trigo y maíz, algodón y carnes, cueros y lanas procedentes del campo para exportar que los galpones y depósitos van cercando cada vez más a las estaciones del ferrocarril y a los diques, en tanto llena el aire el ensordecedor fragor de las grúas de vapor y de los carros. A pesar de su extensión de más de una hora de camino, el puerto requiere constante ampliación.