-Pero, pues ése es el problema, ¿no?, dices que está bien
chavo. ¿en la Prepa, dices?
-Sí, está en la Prepa Seis, pero pues según eso tiene permiso
de su padre y lo que le da un chingo de valor para la Brigada es que tiene
carro.
-No, pos eso sí, acuérdense cuando andábamos en el carro del
Alan: nos daba tiempo de hacer muchas más cosas y llegábamos más temprano a la
casa, que es con lo que yo tengo broncas; mi madre dice que el Movimiento es el
puro pretexto para andar en el desmadre con los cuates -trató de argumentar
Laura.
-¿Y a poco no? -se oyó.
-Bueno, lo de Alan es cierto, pero pinche Alan, ya se fue con
los de la brigada Camilo y creo que ésos sí son bien extremistas -dijo el
Actuario, que acababa de llegar, mezclando en sus palabras temor y admiración, y
con los lentes, como siempre, a punto de caer.
-No mames, pinche Actuario, el Alan se fue a esa brigada por la
chava de Psicología, cuál extremistas ni que la chingada -dije en tono de
reclamo.
Después de un buen rato de seguir analizando ese tipo de
argumentos de gran profundidad política e ideológica, Laura dijo:
-Yo creo que hay que aprovechar la oferta. un carro no se
consigue así como así.
-Sí, sí es cierto -completó el Actuario-, pero a este carro no
hay que meterle tantos documentos que nos puedan comprometer. ¿No se acuerdan
cuando nos pararon los de tránsito y la cajuela del carro de Alan venía
cargadísima de propaganda?