Por los pasos de más
de una persona que escucharon entrar al departamento, con desesperación se
dieron cuenta que el mal había logrado sacar una nueva ventaja.
A medida que el
"Dragón Negro" avanzaba, iba examinando y buscando en las otras
habitaciones a sus presas. Se escuchaba con extrema nitidez la furia con que se
acercaba destruyendo todo lo que estaba a su paso.
Finalmente llegaron a
la última puerta, la que se encontraba al fondo del pasillo del
departamento.
Con una patada
innecesaria la abrieron y entraron.
Miraron alrededor y
coincidieron que había dos únicos lugares para ocultarse.
Uno de los hombres
miró debajo de la cama sin encontrar lo que buscaban.
Mientras tanto, el
otro tenía la mirada clavada en el placard que tenía a un costado.
Preparándose para el
fin de la carrera, se hicieron una seña silenciosa y mientras uno se ubicó a un
lado del mueble, el otro se paró enfrente apuntando con su arma.
El primero abrió la
puerta y el que se encontraba en mejor posición realizó dos disparos rápidos y
certeros...