La lluvia no te mojaba los pies al pisar, tenía unas botas de
goma y en los charcos hundía mis pies, era divertido. Las personas sonreían,
pero no como ahora, las risas que hallas podido ver son gritos rallantes.
Existía un parque por aquí cerca donde iba a jugar, había unos columpios chévere
y muchos niños siempre en ellos. Esos niños no éramos minihombres, éramos
simplemente niños,
-¿Y que paso? -Preguntaba Tena.
-Un pasado donde hubo que dejar de sonreír, no lo digo por mí.
Sólo digo lo que hubo que dejar, una nube gris atravesó la ciudad cerniendo, se
callaron los alaridos, se enterraron los juegos en el parque, las palabras se
fueron apagando. Cada persona botaba para sí, se perdió el reír, y donde hube
que mendigar, apenas se hablaba, ni siquiera los padres a sus hijos y
abandonaban todo.
-¿Tus padres te abandonaron?
Luka y Tena llevan algunos años siendo amigos, los mejores
amigos, sin embargo había detalles del pasado que nunca se contaban. No era la
desconfianza, ni aun el hecho de ser una mera compañía sin amistad. La vida dura
en las calles les hacían ser fuerte, y sin que valiera de excusa no intentar
comparecerse ante nadie. Esto unido al perdido pasado de recuerdos que acaecía
sobre la ciudad, era una losa que sorteaban a diario por no caer.
-Ellos... Todos enloquecieron, parecían no recordar nada. Nadie
conocía a nadie, todo fue confuso, nos volvimos robots, manipulados...