Ellos prosiguen, remitidas herramientas se pierden entre sus
dedos consumidas, apurándolas manchando sus dedos acaban. Luka y Tena se echan
atrás, mirando todo lo que han marcado en el muro.
Psicótico, resplandores a su estilo cada uno en sus emborrones
dibujaron su vida, atónitos sin aliento son sueños renacidos, recuerdos del
olvido, de un mundo ya perdido, lo han traído amparados en constancia por
devolver un mundo que les robaron, que les prohibieron.
Tirados en el suelo, casi secos sus traseros del empapado
escalón, se abrazan orgulloso de crear recuerdos, sin soltar palabra, no hay
motivo, saben que son la línea de su destino, marcados por ello mismo.
Se dieron cuenta que la lluvia no golpeaba contra la Uralita,
había cesado el goteo, justo es decirlo, quizás si importaba los detalles,
quizás lo más grande no es suficiente con decir, unas prioridades que ocultan lo
mero para insignificar, como la colonia que acabó por no respirar, se acabó
meros detalles, dejar de llover es mas que poco, pero sin embargo una uralita de
plástico lo es, y ahí esta refugiándolos hasta que ha cesado con un mero
detalle, lo mas grande poco importa ahora, se escurrió antes de sentirlo.
-¿Vamos a dar un garbeo? -Le dijo Luka a su amigo.
-Vale, vayamos a ver a Bruno -aceptó y sugirió Tena.