COSTOS FIJOS
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Como un zumbido perpetuo, los motores murmuraban vida industrial,
Alberto Vidal ya había llegado y como todos los días, sentía un alivio al
escuchar ese bendito zumbido que le cantaba que todo estaba en orden.
Todas las mañanas miraba su parte de producción, la mayoría de
veces sonreía al ver que se cumplía la meta propuesta por la gerencia. Sonó el
teléfono. Era el gerente.
- ¿Aló? Alberto ¿cómo va todo?
- Bien señor se cumple con la meta.
- No me digas bien señor, ¡quiero datos! ¿Qué ingeniero es ese que
dice bien señor? No hay mejor lenguaje que los datos.
- Primer turno trece toneladas, segundo turno quince, tercer turno
dieciséis, todo bien -. Pondríase nervioso y tomaba una coloración roja cuando
hablaba con el gerente, entre sí pensaba: "desde temprano ya está jodiendo".
La doctora Claudia Motta gerente general adjunta de la empresa
tenía un cariño especial por Alberto, por su -según ella- sentido de
responsabilidad, tanto así que lo había ascendido hasta jefe de planta.
- Alberto ¿cómo va todo?
- Todo bien doctora.
- Sí, ya vi tu reporte.
- Doctora el señor McMonroe dice que debemos reducir los costos,
una idea era descender el consumo de agua ¿puedo cambiar las
especificaciones?
- Mira Vidalcito carajo, no hagas que pierda la paciencia y la
estimación ¿qué ingeniero es ese que cambia la especificación para reducir
costos?, el verdadero ingeniero te reduce los costos con la misma
especificación, así que ¡yo no sé cómo haces!
- Pero doctora, el señor McMonroe dice que quiere resultados para
mañana.
- Mira disculpa la expresión pero ese cojudo ¿qué sabe de
tecnología, si es administrador de empresas? ¡Estos de universidad privada
vienen a joder con su economía como si fuera fácil!
- Sí, pero yo. ¿Qué hago?
- Piensa tranquilo Vidalcito -. Compadeciéndose la doctora-
Tenemos un mes para reducir los costos, yo te voy a ayudar pero con criterio técnico, sobre los resultados habla con Teresa
para que los modifique mañana en su reporte a la gerencia, pero eso sí, a mí me
dan el reporte verdadero.
Teresa Villafanna como jefa de control de calidad, nunca le
hacía problemas al pequeño "Super ratón" que por su baja estatura era como le
llamaban los trabajadores al jefe Alberto Vidal.