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Lo estás viendo, sí,
en toda su suspendida serenidad:
se tiende el cielo en calma azul y luz.
Y nosotros, vos y yo, de la mano, allí,
en lo profundo del marino corazón del día.
Y a nuestros pies avanza otra luz.
El mar, la luz líquida del mar avanza,
un múltiple destello espumoso
repartido en la escollera,
entre la roca. Inabarcable
mar, luz líquida del mar,
esmeralda infinita que brilla
y fluye al sol, ¡mar de joya viva!
Mar de bramante nácar
contenido y repetido en tu mirada.
Serena y suspensa en la brisa salada.