TRILETZKI.
-Ella es buena muchacha.
ANA.
-A mí me gusta. Tiene la cabeza lúcida. Solo que, amigo... No
le cause de una manera u otra disgustos... De un modo u otro... Este pecado le
sucede a usted a menudo... La visitará, la visitará, dirá un montón de sandeces,
hará promesas, se jactará, y de ahí no pasará... Me da lástima de ella... ¿Qué
hace ahora?
TRILETZKI.
-Lee...
ANA.
-¿También estudia química? (Se ríe.)
TRILETZKI.
-A lo que parece.
ANA.
-Excelente... ¡Cuidado! ¡Usted se lleva las piezas con la
manga! ¡Me gusta por su afilada nariguilla! De ella podría salir un sabio
bastante bueno...
TRILETZKI.
-¡No sabe qué camino tomar, pobre muchacha!