-Va retrasado cuatro minutos. No importa. Basta con hacer
constar la diferencia. Desde este momento, las once y veintinueve de la mañana,
hoy miércoles 2 de octubre de 1872, entra usted a mi servicio.
Dicho esto, Phileas Fogg se levantó, tomó su sombrero con la
mano izquierda, lo colocó en su cabeza mediante un movimiento automático, y
desapareció sin pronunciar una palabra más.
Por primera vez, Picaporte oyó el ruido de la puerta que se
cerraba; era su nuevo amo que salía; luego, escuchó el mismo ruido por segunda
vez; era James Foster que salía también.
Picaporte se quedó solo en la casa de
Saville-Row.