PRÓLOGO
Escribir un prólogo entraña siempre un severo
compromiso.
Primero porque ha de servir de pórtico a una
obra, fruto de profundas meditaciones enraizadas en el fondo del alma, y porque
su factura debe estar acorde a su contenido y esto es difícil.
En segundo lugar porque quien nos solicita la
tarea confía en nuestra capacidad, más allá de otras abstracciones, de las que a
veces dudamos nosotros mismos.
Cuando Karina me solicitó que realizara el
prólogo de su nuevo libro, estuve un poco sorprendida, me asaltaron los temores,
consideraba que existían nombres más autorizados que el mío para el somero y
previo análisis, pero ante su confianza, aquí estoy frente a esta página recién
comenzada y ante este libro. Pienso... no existen más que dos reglas para
escribir "tener algo que decir y decirlo" y esto es lo que ha hecho
Karina.
Los poemas no están construidos con rimas y
ritmos perfectos, porque ese no es el propósito, pero en cada página tu
imaginación no se detendrá y te internarás en el deleite de la lectura, gracias
a la cual conocerás a distintos personajes y sentirás las sensaciones más
dispares. Conocerás historias maravillosas que pasaron, son pequeños pedacitos
de recuerdos, de sucesos extraordinarios, cada relato aquí vertido es un
diamante que esconde vivencias muy particulares con fotos e ilustraciones que
nos transporta a ese espectro donde podemos mirarnos a nosotros mismos, por que
ser poeta, es ser veedor de la realidad y a su vez un observador de sí mismo,
para luego, con los sentimientos y las palabras mostrarnos esa visión íntima de
la que es familiar o imaginada porque el poeta no puede resignarse al solo hecho
de contemplar la realidad, ni puede permitir que la palabra permanezca dentro de
sí como una esclava, tiene que liberarla, para que se convierta en su
dueño.
En este caso la palabra que tenía dentro de
sí, se ha adueñado del alma de Karina y la induce, la obliga a revivir nuestros
sentimientos cimentados en la fe, la vida, la esperanza, la paz, la amistad y en
el amor.
Disfruten la lectura de este libro y sientan
el placer que me brindó a mí.
¡Felicitaciones amiga!
Stella Maris
Riveros
San Julián, Santa Cruz,
2010