https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Tienes que venir - ¿Cómo fue que habiéndola obtenido la perdiste?, triste hombre, ¿y aún la esperas?" de Corina Demaría (página 4) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
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Luego de unos días los abuelos anunciaban que debían marcharse. Era muy triste la despedida y todos lagrimeábamos bastante, salvo papá y el abuelo que no podían disimular un cierto alivio. A los chicos nos quedaba la promesa de que pronto volverían.

Un día, por aquella época, llegó una carta. Ñata, voluntariosa como siempre, la recibió y se la llevó a mamá que estaba lavando ropa. No puedo olvidar que mamá se secó las manos, complacida, en el delantal; buscó un lugar donde sentarse y con una sonrisa abrió la carta. A medida que sus ojos avanzaban en la lectura su rostro fue ensombreciéndose hasta que, con un grito terrible que aún me parece escuchar, clamó por Juan y rompió a llorar desesperadamente.

Mi hermano voló hacia ella; asustadas Ñata y yo nos acercamos corriendo en el momento en que Juan y mamá se abrazaban llorando. Ñata sin saber qué hacer retorcía, sonriendo aterrada, sus manos temblorosas.

Yo me llegué hasta ellos para acompañarlos a llorar, tan compungida estaba, pero mamá me separó diciendo que me fuera, que el muerto no era mi padre.

Las cosas cambiaron mucho en casa por esos días. Cuando volvió papá se enojó mucho y carajió a todo y a todos. Mamá estaba como ausente y esa idea me quedó de ella para siempre ya que, poco tiempo después, me dieron para que me criara a una prima de papá que no tenía hijos, y no volví a verla hasta diecisiete años después, cuando, sin aviso ni invitación, se apareció en mi fiesta de casamiento.

Pero esa es otra historia que si querés te contaré más adelante.

 
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Tienes que venir - ¿Cómo fue que habiéndola obtenido la perdiste?, triste hombre, ¿y aún la esperas? de Corina Demaría   Tienes que venir - ¿Cómo fue que habiéndola obtenido la perdiste?, triste hombre, ¿y aún la esperas?
de Corina Demaría

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