El Consejo Mayor se estremeció,
un ¡Oh! profundo salió de sus corazones,
El Consejo Mayor tenía más miedo que nunca.
El principe de los elfos
le preguntó cual era el secreto tan simple
del que había hablado un instante antes.
El diminuto gnomo respondió:
-Hay que dispararle una flecha en el talón de su pata
derecha, es su talón de Aquiles, y tiene que ser en el
primer intento. Debe ser un guerrero experto en el
manejo del arco y la flecha, no puede acercársele a
menos de mil metros.
¡Ha!... si es así no hay problema.
Respondieron al unísono
innumerables guerreros que hacían parte del Consejo
Mayor.
Querían pavonearse frente al príncipe,
querían humillar a sus posibles contendores.