Habían utilizado un metal que se encuentra
en el centro de la tierra,
allí donde nadie que no sea enano puede llegar.
El metal forjado en armadura y coraza
por los enanos,
hacen invisible al caballero que las porta.
El príncipe de los elfos pensó en su princesa.
El príncipe de los elfos suspiró por su princesa.
Adentro, en la caverna,
La princesa lanzó un suspiro de amor.
Siempre había estado enamorada del príncipe de los
elfos,
aunque él no lo sabía.
El príncipe de los elfos se preparó para lanzar su
flecha.
No podía errar el tiro,
Lo sabía muy bien.
O era esta vez o no era nunca.