El hermano menor del príncipe
salió en busca del cruel Kokorikorikó.
Este aceptó la invitación,
nunca la habría rechazado.
En la fecha indicada,
el hermano menor del príncipe
vistió su traje de caza
y salió a su encuentro con el cruel Kokorikorikó.
El príncipe de los elfos
vistió su armadura,
enfundó sus guantes,
cogió su coraza,
sus arcos y sus flechas.
El gran día había llegado.
Liberaría a su princesa.
Partió en busca de ella.
Cabalgó por caminos pedregosos,
cruzó rios embravecidos,
subió y bajó montañas,
hasta que llegó a un paraje rocoso.