Capítulo 1
La
exposición
Marcus Thomas se servía el décimo vaso de whisky de la
noche mientras encendía un cigarrillo. Miraba con atención y ojos perdidos la
puerta de su galería de arte esperando que alguien la cruzara para mirar sus
obras, al ver que nadie entraba decidió que ya había sido suficiente.
Fue
zigzagueando e intentando mantenerse en pie hacia la puerta, la cerró y buscó
meter la llave sin éxito unas cinco veces, en le sexto intento, haciéndolo más
lentamente, logró su cometido y salió caminando perdidamente en la fría noche de
Manhattan.
Llegó
al burdel, donde lo esperaba Rose, la mujer rubia que tenía unos kilos de más y
estaba entrada en años que siempre estaba dispuesta a atenderlo y consolarlo,
quien, cuando lo vio llegar, sonrió y preguntó.
-¿Cómo
te fue hoy?
-Mejor
que otros días, fueron cinco personas, aunque nadie compró nada -respondió con
la mirada seria.
-Ya
mejorará, eres el más prestigioso...
-¡Cállate!
-interrumpió el pintor-. Era el artista más prestigioso, ahora no soy nadie,
sólo dígnate a hacer tu trabajo.
-No
te enojes conmigo, sólo preguntaba, además tú te encargaste de perder todo lo
que lograste.
-Si
no vas a hacer lo tuyo, me vuelvo a casa, ya tengo suficiente con los sermones
del estúpido de mi amigo Harry -respondió mientras los ojos se le encendían de
ira.
-Muy
bien, comenzaré con lo mío, pero no vuelvas a levantarme el tono -respondió la
mujer con tono serio y expresión penetrante.
Rose
comenzó a quitarle la ropa a Marcus, lentamente, como siempre lo hacía, y le
hacía sentir el cálido contacto de sus manos sobre el cuerpo que comenzaba a
sudar el hedor a alcohol.
Marcus
comenzó a besar apasionadamente a su dama de compañía que se montó sobre él y
comenzaron a tener sexo. Sentía el placer a medias pero disimulaba el hecho
besando y tocando a la mujer que mostraba su excitación aplastándolo contra la
cama.
Al
terminar, la mujer encendió un cigarrillo y le invitó una copa de Martini a su
mejor cliente, quien aceptó sin tapujos y comenzó a beber a una velocidad récord
y volcando la mitad de la bebida sobre su torso desnudo.
(Continúa)