-Entonces será mejor que se quede con nosotros -dijo lady
Bertram con la mayor compostura.
Después de una corta pausa, sir Thomas añadió con dignidad:
-Sí, que sea esta casa su hogar. Procuraremos cumplir nuestro
deber para con ella y, al menos, tendrá la ventaja de contar con unos compañeros
de su edad y con una institutriz regular.
-¡Muy cierto! -exclamó la señora Norris-; y ambos aspectos son
de gran importancia. En definitiva, a miss Lee le será lo mismo enseñar a tres
muchachas que a dos; en esto no puede haber diferencia. Lo único que yo desearía
es poder ser más útil; pero ya veis que hago cuanto puedo. No soy de esas
personas que sólo procuran ahorrarse molestias. Nanny irá a buscarla, aunque
ello me suponga el inconveniente de quedarme tres días sin mi mejor consejera.
Supongo, hermana, que instalarás a la niña en el pequeño cuarto blanco del
ático, junto al antiguo aposento de los chicos. Será, con mucho, el mejor sitio
para ella, tan cerca de miss Lee, no lejos de las otras niñas y al lado mismo de
las criadas, pudiendo cualquiera de ellas ayudarla a vestirse, ¿no te parece?, y
cuidar de su ropa; pues supongo que no te parecería bien esperar que Ellis se
cuidase de ella, como de las otras. Realmente, no veo en qué otro lugar podrías
colocarla.
Lady Bertram no hizo la menor oposición.
-Espero que demostrará ser una chica bien dispuesta -añadió la
señora Norris- y apreciará la extraordinaria buena suerte de tener estos
amigos.
-Si sus inclinaciones naturales no fuesen buenas -dijo sir
Thomas-, no deberíamos, para el bien de nuestros hijos, consentir que
permaneciera en el seno de la familia; pero no hay razón para esperar un mal tan
grande. Es probable que observemos en ella mucho que deje que desear, y podemos
prepararnos a considerar su gran ignorancia, algunas vulgaridades de opinión y
unos modales lamentablemente ordinarios; pero estos defectos no son
incorregibles, ni serán perniciosos para sus compañeros. Si mis niñas fuesen más
jóvenes que ella, hubiera considerado el momento muy delicado para juntarlas a
una compañía de esta clase; pero, no siendo éste el caso, espero que el roce no
habrá de entrañar peligro alguno para ellas y, en cambio, será muy beneficioso
para Fanny.