Entonces llega junto a Dorrego la escolta que lo
conducirá hasta el lugar del fusilamiento. El religioso le dice: "Ya es hora,
Manuel."El condenado a muerte mira a los soldados y exclama: "Ya estoy pronto."A
su vez, los soldados lo invitan a subir a un carruaje y Dorrego contesta con
decisión: "No. Mis piernas están tan firmes como mi corazón."El Coronel Manuel
Críspulo Bernabé Dorrego, es el legítimo Gobernador de la Provincia de Buenos
Aires. A falta de Presidente Constitucional de los argentinos, él es el Primer
Magistrado de la República y el Encargado de las Relaciones Exteriores de la
Federación. Todo lo ha hecho con intensidad. Ha sido patriota temerario y
rebelde incorregible. Fue amigo inquebrantable y adorable esposo. Hombre de
pasiones profundas, solamente odia la Tiranía en cualquiera de las formas que
ésta pueda adoptar.
Sus enemigos lo acusan de ser desagradecido
por carácter, anárquico por interés, y díscolo por temperamento. Pero nadie osó
jamás acusarlo de cobarde o de traidor a la Patria. Por haber denunciado la
entrega de parte del patrimonio nacional a manos de los portugueses del Brasil,
fue condenado al exilio. Luego regresó a nuestro país en el caótico año XX para
salvar a su querida Buenos Aires.
Dorrego ha servido bajo las órdenes de los
generales Belgrano, San Martín, Alvear y Soler. De espíritu contestatario, es
enemigo de toda disciplina, pero incontables veces asumió la defensa de quienes
no podían hacer oír su voz. Justamente, por ser el jefe indiscutido del Partido
Federal Porteño, sus enemigos han decidido quitarle la vida.