Albert Béguin (1938), refiriéndose a las "afinidades que dan
origen a las grandes familias espirituales", señalaba el parentesco entre el
romanticismo alemán y la poesía francesa moderna y sobre todo con el
surrealismo.16 Asimismo, Herbert Read vio en el surrealismo una
vuelta a un sistema de valores de los que el romanticismo fue una particular y
temporal expresión".17 Octavio Paz (1974) presentó al surrealismo francés
como extremando las tendencias del romanticismo alemán18,
mientras que Eric Hobsbawm (1994) reiteraba que "el surrealismo era una
reposición del romanticismo con ropaje del siglo XX."19
Por su parte, Peter Selz indicaba la afinidad entre la pintura
romántica alemana y la expresionista, por su afirmación de los aspectos
intuitivos del arte.20 Michael Löwy y Robert Sayre (1992) advirtieron que
si en el siglo XX los movimientos artísticos ya no se llamaban románticos era
indudable que corrientes tan importantes como el expresionismo y el surrealismo
fueran deudoras de la visión romántica.21
Aunque con presupuestos distintos a los de esta variedad de
autores, me propongo igualmente destacar la continuidad entre romanticismo y
vanguardia y mostrar la consiguiente oposición excluyente entre arte moderno y
modernidad.