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Introducción
A través de los años hemos tenido mucha información pero se nos ha hecho difícil entrar o permanecer en la acción, hemos tenido mucha teoría y poca práctica y por consecuencia hemos tardado mucho tiempo en poder llegar al propósito de Dios para cada uno de nosotros. Inclusive hay muchos que han muerto sin ni siquiera haber conocido la razón por la cual y para la cual fueron creados.
Dios no solo elaboró la creación, sino que también lo hizo con propósito. Todo lo que Dios creó lo creo por un propósito y para un propósito y el ser humano no es la diferencia.
Tal vez la razón por la cual tanta gente anda perdida no es que rechaza el propósito de Dios, sino que muchos a pesar de que creen en la existencia de Dios no saben, no conocen, ni entienden a Dios ni el propósito por y para el cual fueron creados, mucho menos cómo lograr que se cumpla.
Existen otros que andan desorientados porque aunque creen en Dios y quisieran hacer Su voluntad, no la conocen y se dejan llevar por la corriente, hacen lo que ven y aprenden, sin tener conciencia de La Verdad de Dios.
Otros, que si conocen la voluntad de Dios parcialmente o completamente, luchan cada día por hacerla, pero su buen deseo siempre está manchado por el fracaso, la mediocridad y el pecado. Estos solo pueden lograr pequeñas cosas pero en sus vidas no hay cambios, no hay crecimiento, se cansan, se rinden, siempre están en la misma condición.
Están los que alcanzan fama y fortuna o nacen con ella pero no logran una vida plena y feliz. ¿Por qué el hombre no alcanza la plenitud de vida si esa es la voluntad de Dios?
Tal vez la razón es que aunque algunos seres humanos saben muchas cosas acerca de Dios y Su voluntad, no saben cómo hacerla, cómo poder lograr entrar en el propósito de Dios, permanecer en él y llegar a la meta suprema.
Lo más triste de todo es que Cristo pagó un precio por una iglesia que fue llamada para expandir la noticia de salvación, para llevar el conocimiento de Dios al mundo entero, para hacer discípulo, para preparar a los santos en cada generación, pero para esto debían transmitir y guardar todo lo que Jesús les había enseñado y esta es la parte donde la gran mayoría se ha desviado, la iglesia sigue enseñando pero no está viviendo lo que enseña y se las ha arreglado para justificarse y como consecuencia también la enseñanza se ha deteriorado, por lo que el mundo se está perdiendo.
“Caminemos a Jerusalén” tiene como objetivo hacer un llamado a la iglesia a volver al fundamento que Cristo estableció. Si para esto debes reiniciar, solo reconoce humildemente de dónde has caído y permítele al Espíritu Santo llevarte por el proceso de limpieza y restablecimiento que sea necesario. Para que una vez emblanquecido puedas cumplir con la misión encomendada con excelencia conforme el Espíritu Santo te guie y llevar a otros al conocimiento verdadero de Dios.
Es mejor humillarnos ahora delante de Su presencia que salir avergonzados y desechados el día del Señor.
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Caminemos a Jerusalén: Iglesia Levántate y Caminemos a Jerusalén
de Marisela Rodríguez
ediciones deauno.com
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