|
|
Páginas
(1)
2
|
|
Al señor de Cyrano de
Mauvières
Señor:
Todos los espíritus agudos de esta época estiman tanto las
obras del difunto señor de Cyrano de Bergerac, vuestro hermano, y las
producciones de su ingenio son en efecto tan considerables, que yo no podría,
sin excitar las maledicencias de aquéllos y sin ofender la memoria de este
ilustre autor, esconder por más tiempo sus ESTADOS E IMPERIOS DEL SOL, con
algunas cartas y otras obras que dichosamente han caído entre mis manos cuando
ya me había quitado la esperanza de poseerlas una infructuosa pesquisa tan larga
como inútil. En verdad, señor, lo primero que he pensado es ponerme en estado de
restituíroslas; y puesto que este inimitable escritor no sólo os proclamó
heredero de los bienes que la fortuna le otorgó, sino también de los frutos de
su estudio, no puedo yo sin permiso vuestro disponer de este tesoro, que con tan
justo título poseéis, para entregarlo al público. Por eso os lo pido y lo espero
con toda la confianza imaginable. Así es, señor; yo confío en que no podréis
negarme ese favor; vos sois demasiado agradecido para no otorgar esa gracia; vos
sois demasiado liberal para no dar a toda Europa lo que ella os pide con tanta
impaciencia, y amáis tanto la gloria de vuestro hermano, que no querréis
encerrarla en la estrechez de vuestro gabinete. Como yo sé, señor, que vos no
sois como esos ricos avaros que poseen grandes tesoros sin que consientan
compartirlos con sus semejantes, y que no estimáis las cosas porque son raras,
sino porque son útiles, y como sé, señor, que vos pensáis muy cuerdamente que no
hay ninguna diferencia entre las piedras preciosas y las ordinarias si
igualmente se las encierra, juzgaría mal si pensase que vos quisierais guardar
para vuestro escondido goce lo que a tantas gentes puede serles útil. Si el Sol
estuviese siempre oculto por esas espesas nubes que algunas veces nos roban su.
luz, no bendeciríamos tan a menudo al Autor de la Naturaleza, que nos enseña
todos los días tan hermoso astro, al que podemos llamar viviente imagen de la
Divinidad; y si vos ocultaseis al público esa digna obra tan encantadora, cuya
posesión con tan dulce esperanza le halaga, os privaríais a vos mismo de los
agradecimientos y alabanza que a manos llenas os reserva. Pero, señor, al oírme
hablar creeríase que era necesario solicitar vuestra generosidad y aducir
argumentos múltiples para inclinaros a conceder al universo el goce de una cosa
por la que ya está ardiendo en deseos; a vos, señor, a quien yo he visto
resuelto a hacernos el presente de ese libro, que yo ahora os muestro y en cuya
primera página quiero escribir vuestro nombre para que sirva de escudo a los
ataques de la envidia y la maledicencia que a veces persiguieron a su autor con
tanta crueldad. Ahora, señor, con tan poderoso socorro podrá desafiar
valientemente a esos, monstruos y perseguirlos hasta el más oculto rincón en que
se escondan; pues hasta los palacios y las cortes serán asilos débiles si él,
juzgándolos dignos de su cólera, se dispone a perseguirlos hasta allí.
|
|
Páginas
(1)
2
|
|
Consiga Historia cómica de los Estados e Imperios del Sol de Cyrano de Bergerac en esta página.
|
|
 | |
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
|
|
|
Historia cómica de los Estados e Imperios del Sol
de Cyrano de Bergerac
ediciones elaleph.com
|
Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
|
|
|
 |
|