Escribí cada una de estas poesías con el fin de generar preguntas
internamente. Siempre me gustó repasar vistas donde se manifiestan determinados
sentimientos o momentos que uno puede sentir, pero no encuentra las palabras
precisas que manifiesten la plenitud del instante. Sin duda pienso que todo
entre poesía se vuelve arte, y cada letra que fue escrita en este libro esta
hecha sobre el paspartú del cuadro que nos traduciría el caos, con esa
figura que nos ocupa el sentido de la vista sin dejarnos pensar; teniendo como
eje la extraña seguridad que a veces traduce la total certidumbre del tiempo que
por momentos logramos comprender para desentendernos.
Sin duda esta contradicción es la que me hizo coincidir con la decisión de
empezar a desarrollar situaciones escondidas en la rutina, que creo, para
sorpresa de muchos (también propia), es algo muy provechoso que tienen los días.
La rutina, ese paspartú del cuadro que los dogmas nos enseñaron a mirar
para nunca distraernos. Los días donde las tareas son fotocopias nos permiten
tener incorporado cómo, cuándo y qué es lo que tenemos que hacer, consiguiendo
así la libertad de poder concentrarnos en nosotros mismos.
Aquí se tocan temas varios como el amor -sobre todo-, el miedo, la
naturaleza, los homenajes, las sensaciones, todo lo que a mi sano juicio esta
más cerca de la luz. La imaginación nos puede llevar a lugares únicos,
perfectos, solamente creados a imagen y semejanza propia. Siempre es necesario
ese quiebre que nos permite descubrir los cambios hacia nuevos mundos y
encuentros. En este, mi primer libro, quiero trasmitir que la cotidianidad
también tiene su personalidad y la reflexión sólo depende de la distancia que
tomemos sobre nuestras acciones.
La poesía constituye un ámbito donde la reflexión es una decisión del lector.
Ojalá lo puedan ver, como ustedes lo quieran ver, puesto que la interpretación
de un poema corre, casi en su totalidad, por cuenta de quien lo lee.
Cómodos, en un sillón, en el subterráneo, en la plaza, a la mañana o a la
tarde, en cada espacio propio... buscando el paspartú de sus horas.
A continuación, les dejo algunos de mis pareceres.
Santiago, Buenos Aires,
2009