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Prólogo
Gracias a mi trabajo diario, debo atender innumerables solicitudes de asilo político y refugio, no sólo para los Estados Unidos, sino también para otros países como Canadá, algunos en la comunidad europea y otros en Centro y Suramérica. La única realidad es que día a día cientos de personas llegan exiliadas huyendo de la violencia de sus países, por sus creencias, opiniones, partido político, religión, color de piel, estilo de vida, género o sencillamente por pensar en forma aparentemente diferente. Muchas de estas personas deciden iniciar una nueva vida en otro país, tratando de darle a su familia y a ellos mismos un futuro mejor del que tenían en sus países de origen, pero, sobre todo, tener la oportunidad de continuar vivos, alejados de la violencia que busca callarlos en forma definitiva si decidieran regresar. No obstante, no todas las personas que buscan el sueño americano tienen la misma suerte. La gran mayoría no tienen acceso a recursos o información jurídica que les permita conocer sus derechos mínimos para poder aplicar a un estatus legal diferente en virtud de la persecución de sus países, arrastrándolos a las sombras de la indocumentación, además de estar completamente victimizados por un sistema complejo, prejuicioso y limitado para los inmigrantes. Mariela Reyes representa un caso ejemplar que muestra la historia de una mujer líder de principio a fin, llena de tenacidad y ganas de salir adelante, trabajadora y honesta, amante de su familia, con miles de sueños y metas. Ella siempre pensaba en ayudar a los demás antes que ella misma, pero gracias a la crueldad infinita y devastadora de la violencia en Colombia, solo consiguió ser victimizada, abusada, torturada, perseguida y estigmatizada sin ningún tipo de piedad. Su vida fue documentada por un familiar amenazado quien, por razones de seguridad, solicitó que se obviaran algunos detalles íntimos y nombres reales que pudiesen poner en peligro su vida. Gracias a ella, es posible contar hoy la historia de Mariela Reyes, con la cual espero honrar su labor como ser humano, madre de familia, esposa y líder comunitaria.
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Consiga Retrato de un inmigrante en USA de William Douglas en esta página.
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