-¿Qué es eso?
-¿Qué hay en ese talego?
Entonces su esposa le contó el secreto. Esto
aturdió a Richards durante un momento. Luego dijo:
-¿Eso pesa ciento sesenta libras? Pero Mary...
-¡Entonces contiene cuarenta mil dólares! -¡Imagínate!
-¡Una fortuna! No hay diez hombres en esta ciudad que tengan tanto. Dame
el papel.
Lo examinó superficialmente y dijo:
-¡Qué aventura! En realidad parece una novela: una
de las cosas imposibles que se leen en los libros y nunca suceden en la vicia
real.
Ahora se sentía excitado, lleno de animación,
hasta alegre. Le dio a su vieja esposa una palmadita en la mejilla y dijo
jovialmente:
Somos ricos, Mary... Bastara con que enterremos el dinero y
quememos los papeles. -Si algún día viene el jugador para
enterarse, nos limitaremos a mirarlo con frialdad y le diremos:
«-¿Qué tontería nos está diciendo? Nunca hemos
oído hablar de usted ni de su talego de oro... Y entonces el hombre se
nos quedará mirando con aire estúpido y...