En muchos pasajes a lo largo del libro detecto poesía que
enriquece la prosa. Los personajes navegan inmersos en el mar que su autor creó
para ellos. Luis, el marginal. Julián, el investigador, nos dejan un marcado
mensaje existencial: por más que actúen y decidan no pueden modificar el tiempo
y éste forma parte del entorno sociopolítico de los protagonistas, como este
tiempo posmoderno es de gran corrupción, los protagonistas son devorados por él
y el tiempo histórico que nos precede también incide en nuestra existencia,
denuncia el narrador autor a Hitler, a Napoleón; denuncia y denuncia en una
análoga confrontación de personajes y tramas casi siniestras que no contaré,
porque merecen ser leídas.
Sólo sé que el enigmático autor disparó miles de mensajes pero al
final salda la cuenta con los interrogantes que se leen intertextualmente,
textualmente y extratextualmente en el mensaje que da a los que llama sus
sufridos lectores: el hombre como género no es originario de la Tierra sino de
otra galaxia; idea que podemos compartir o no, pero nos resulta
interesante.
Otro lado de los interrogantes con el que concluyo este breve
comentario es la pregunta que deja flotando el autor es cuál será el final de la
historia que no comenzó hace seis mil años. Cada lector buscará su respuesta,
aunque algunas preguntas no se puedan contestar desde hace millones de
años.
Susana
Botto