Iniciando
Una vez soñé con escribir un libro. Un libro en mi idioma,
¿cuál es? El del corazón.
Mi deseo era escribirle al amor que guardaba en mi
corazón, el mismo que se robaba mis sueños, el que, juraba, iba a ser eterno;
por el que luché desgastando mi esperanza; el mismo que en una fría tarde de
invierno, sin medir palabras, desgastado por el paso de los años y por la falta
de cuidados de la pasión, murió...
En ese momento comencé a creer que lo
perdía todo, me sentí vacía, sin palabras, sin poesía.
Confundí mi alma por
la ignorancia de no saber amar; y por no aceptar ala soledad, se llenó mi alma
de mentiras que creí... y luego lloré..
Y me pregunté ¿habrá sido amor?
Amor... ¿Alguien sabe qué es el amor? Intenté descubrirlo y en mis experiencias,
observé que el amor se esconde detrás de lo más simple. Que es uno quien tiene
que saber sentirlo, y no buscar, imaginar, o querer que sea de una u otra forma.
Cometemos el error de buscar el amor en palabras bonitas, sencillas
coqueterías y mentiras inteligentes -diría yo-, en vez de advertir que alguien
sigue tu sombra, gritando en silencio que te ama, te extiende su mano y el mundo
sobre ella... y no lo vemos. Lo perdemos, lo dejamos ir.
Aprendí que nadie
muere por amor, que yo conservo mis ilusiones, que puedo soñar -esta vez con los
pies sobre la tierra- sin dejar de ser yo misma, conservando mis principios, y
mis ganas de amar.
Es así como hoy le escribo al amor. A aquel que murió,
pero que en vida me dio mucho... ¡tanto!
A aquel que me enseñó que existe
gente sin alma y, con sus mentiras, me ayudó a ser más sabia, por lo que hoy no
está a mi lado... ¡Suerte!
A aquel amor soñado. Al verdadero amor. Al que me
devolvió a la vida, por ser incondicional, permitiéndome ser yo misma.
Al
más perfecto complemento de mis días. Al que le gusta mi locura, mi alma, mi
sonrisa y el lunar en mi mejilla.
El que me quiere así, sin pedirme nada a
cambio y sin medir distancias, es ese amor, a quien yo tanto
amo...
Para vos amor... mi sueño.
Como ese rayo de sol,
que asoma
en mis mañanas,
así llegaste a mi vida, amor,
e iluminaste mi
alma...