Mudo Salomón, hasta entonces, exclamó:
-¡Por Dios Grande! Maléfico espíritu que a él y a su mejor hechura te atreves, ¿cómo osas asegurar tales cosas? Los hombres pueden contaminarse de error; pero los animales del Señor viven en la pureza. ¿Cómo su pensar inocente pudo haberme engañado?
Y el Salomón negro:
-Evoca -dijo- al ángel de forma de ballena que te dio la piedra en que está escrito: Que todas las criaturas alaben al Señor.
Salomón puso el anillo sobre su cabeza y el ángel deforme apareció.
-¿Cuál es tu nombre cierto? -Preguntó el Salomón negro.
El ángel respondió:
-Tal vez.
Y se deshizo. Salomón llamó a todos los animales y dijo el pavo real:
-¿Qué me expresaste tú?
Y el pavo real:
-Como juzgues serás juzgado.
Así preguntó a otras bestias. Y contestaron:
-El ruiseñor. -La moderación es el mayor de los bienes.
-La tórtola. -Mejor sería para muchos seres que no hu¡esen visto el día.
-El halcón. -El que no tenga piedad de los demás, no ncontrará ninguna para sí.
-El ave syrdar. -Pecadores: convertíos a Dios.
-La golondrina. -Haced el bien, y seréis recompensados.