Interpretación manipulada en la
exposición de los medios de información
Es llamativo para las personas que tienen un panorama sobre los
medios de habla inglesa, que ya en las primeras ediciones de los diarios se
comparara el atentado terrorista con el sorpresivo ataque de los japoneses a la
base militar de los EEUU en Pearl Harbour (7-12-1941). Así lo hizo Henry
Kissinger en un artículo para la edición online del Washington Post la
misma noche del 11-09. Así también lo hizo Herald Tribune en su portada:
"Para Washington, un moderno Pearl Harbour." Así apareció también en la portada
del Financial Times el 12-09 y en la del The Economist del 15 al
21-09. - En una edición especial de TIME de Septiembre se encuentra, tras
profusa información con espectaculares imágenes, en la última página la
convocatoria en negrita: "Es necesario que se genere ahora una ira universal,
unánime y ardorosa al estilo de Pearl Harbour, una indignación patriótica, que
no se disipe en una o dos semanas." Se vislumbra a través de esto una
psicológicamente hábil campaña belicista. (Como es sabido, el presidente
F.D.Roosevelt recién después de la destrucción de Pearl Harbour, en la que 2.349
estadounidenses perdieron la vida, pudo movilizar a la población para que
aprobara la intervención en la II Guerra Mundial, cuando anteriormente la
población en su mayoría no deseaba participar de la misma.) La comparación con
Pearl Harbour se produjo por primera vez a bordo del avión presidencial Air
Force One con el cual el Presidente voló a Nebraska el 11-09. El senador
republicano Joseph Hagel recogió esa expresión (Herald Tribune al día
siguiente). También lo hizo el experto en geopolítica Brzezinsky el 13-11. "...
fue más criminal que Pearl Harbour, y las consecuencias psicológicas son las
mismas." (!!! cursivas de A.S.K.) "En ambos casos se trata de un ataque
sorpresivo." (Le Temps, 13-11-01)
Con respecto a las dudas si Pearl Harbour fue realmente tan
sorpresivo nos referiremos a algunos puntos en el anexo 1.
La táctica no es nueva y en principio fácil de deducir: Uno
arriesga un golpe contra sí mismo -afectando a militares o aun a la propia
población- para luego aprovechar la ola de conmiseración o indignación
resultante para imponer medidas arbitrarias de largo alcance, que no puedan ser
cuestionadas puntualmente o escapen a todo control.