Es un procedimiento habitual de políticos y de otros personajes
públicos, involucrarse en organizaciones de beneficencia y otras semejantes,
para retratarse en actos públicos y aparecer como generosos benefactores. Una
vez que las imágenes de tales "benefactores de la humanidad" han sido difundidas
a través de los medios de comunicación y quedado impresas en la conciencia
popular, se forma alrededor de ellos una coraza que amortigua los efectos de la
eventual revelación de sus turbias o siniestras maquinaciones. El
comportamiento del Presidente en esa escuela parece estudiado. ¿Con qué
frecuencia concurre un presidente a este tipo de actos? ¿Una o dos veces por
año? El tiempo no debería alcanzarle para más. Y, caramba, qué casualidad, ¿lo
hace justamente el día en que se produce la más grande catástrofe en la historia
de los EEUU?
"El mejor servicio secreto del
mundo"
En ningún momento ni Bush, ni Dick Cheney, ni otros altos
funcionarios del gobierno de EEUU, reprobaron seriamente a los servicios de
seguridad ni a sus responsables por las consecuencias de esta catastrófica
falla. No, todo lo contrario: Dos semanas después del "aciago día", el día 26 de
septiembre, el emperador visita oficialmente el Cuartel Principal de la CIA en
Langley, Virginia, (la segunda visita durante su período de mandato), para
expresar, ante las cámaras de televisión, al jefe de la CIA, George Tenet, y a
los empleados allí reunidos, en un tono de camaradería amistosa su profundo
agradecimiento por la labor cumplida. No se oye ni una sola crítica, pero sí se
habla, y mucho, sobre la inminente guerra. El emperador literalmente: "El 11 de
septiembre es un triste recuerdo. Pero es un recuerdo... En nombre del pueblo
americano no puedo agradecerles lo suficiente..."
Contrariando la opinión de algunos exponentes de los medios de
información, que denotan la total y absoluta falla de los servicios secretos, el
Presidente mismo nunca reprendió a la CIA y tampoco cambió al personal. Todo lo
contrario: habló del "mejor servicio secreto del mundo" y a continuación aumentó
en una colosal suma su presupuesto. Evidentemente estaba muy satisfecho con el
trabajo realizado y además necesitaba a la CIA para importantes cometidos
futuros -en la primer guerra del nuevo milenio.