Al final del texto me gustaría que el lector tuviera un mejor
conocimiento sobre qué hacer y qué no hacer para gestionar con eficiencia
equipos de funcionarios, para ser capaz de dirigir grupos que tienen
características específicas que los diferencian notablemente de lo que es la
dirección en el sector privado. Sin embargo, lo que también me gustaría es que
sirviera de reflexión sobre las cosas que se pueden hacer para mejorar el
funcionamiento de la Administración Pública, lo cual redundaría en beneficio de
toda la sociedad.
Con ser importante la faceta de gestión de recursos humanos,
más interesante para mí es que sirva de punto de reflexión para quienes están en
puestos directivos de la Administración, que se enfrenten a su labor con cierta
perspectiva y sean capaces de abordar un trabajo para el que muchas veces no han
sido preparados con un pequeño manual sobre las complicaciones del mismo. Lo
realmente esencial para un directivo es que sea siempre capaz de pensar en
términos críticos y estratégicos sobre cualquier decisión a adoptar; y eso es lo
que busco con este texto: el dotar a quienes ya dirigen grupos en el Sector
Público de una cierta capacidad crítica para enfocar cualquier cuestión de
funcionamiento en sus respectivas organizaciones.
Va a ser un texto con muchos ejemplos extraídos de mi propia
experiencia personal, y el primero de ellos me puede servir para explicar
exactamente lo que pretendo de este manual. Fue en unas jornadas de directivos a
las que asistí en las que se organizó una mesa redonda sobre la atención al
ciudadano. En ella participaron cuatro directivos medios de la función pública
de los que tres se dedicaron a alabar la situación, con loas a sus superiores
por el esfuerzo realizado y a concluir que el servicio prestado resultaba
prácticamente óptimo. El cuarto incidió en las carencias existentes, dando por
sentado que había mucho trabajo por hacer, que el trabajo había estado
sencillamente bien, pero que los ciudadanos demandaban mucho más de su
Administración. Un año después, los tres primeros habían ascendido, mientras el
cuarto estaba apartado tratando de seguir mejorando su labor con los ciudadanos
que le pagaban el sueldo. En ese momento fue cuando tomé la decisión de escribir
algo acerca de la dirección en el sector público; en parte rebelándome contra
aquella injusticia, y en parte por tratar de mejorar la organización para la que
tengo el gusto de trabajar.