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En todos los juicios, pues, donde se añada la cláusula ex fide bona (según la buena fe), o esta otra: ut inter bonos bene agere oportet, y especialmente en los negocios matrimoniales o de dote, en que se suele añadir quid equius et metius, deben estar preparados a responder a todo. Ellos enseñaron lo que es dolo y buena fe, lo que es justo y bueno, las obligaciones del socio con el socio, del curador de negocios ajenos con el que se los ha confiado, del mandatario con el que le ha dado el mandato, del marido con la mujer y de la mujer con el marido. El conocimiento de los Tópicos aprovecha por tanto, no sólo a los oradores y filósofos, sino también a los jurisconsultos, para mostrar riqueza de argumentos en sus consultas.

Unido al lugar de la causa está el del efecto; así como de la causa se deduce el efecto, así los efectos manifiestan la causa. Este lugar proporciona a los oradores y poetas, y a veces a los filósofos y a todos los que quieren hablar con abundancia y ornato, gran copia de modos de decir, cuando del conocimiento de las causas llegan al de los efectos y predicen, digámoslo así, lo futuro.

Resta la comparación, de la cual ya pusimos ejemplos; ahora falta explicar el modo de trataría. Se comparan las cosas mayores, menores o iguales, atendiendo al número, especie, fuerza o relación con alguna cosa extraña. Por el número se compararán anteponiendo más bienes a menos bienes, menos males a muchos males, bienes de más duración a otros más breves, y prefiriendo siempre los que sean causa de nuevos bienes y estímulo para que otros los hagan.

Por la especie: anteponiendo lo que es apetecible por sí a lo apetecible por otra causa, lo innato a lo adventicio, lo íntegro a lo contaminado, lo agradable a lo menos agradable, lo honesto a lo útil, lo necesario a lo innecesario, lo propio a lo ajeno, lo raro a lo vulgar, lo que debe desearse a aquello de que fácilmente se puede carecer, lo perfecto a lo imperfecto, el todo a la parte, lo racional a lo irracional, lo voluntario a lo necesario, lo animado a lo inanimado, lo natural a lo no natural, lo artificioso a lo no artificioso.

En la fuerza estriba la comparación: cuando se prefiere la causa eficiente a la no eficiente, lo que no necesita de nadie a lo que necesita de otro, las cosas que están en nuestro poder a las que están en el ajeno, lo estable a lo incierto, lo que no puede perderse a lo que puede perderse.

Por relación a otras cosas, vg.: ha de preferirse el interés de los mejores al de los restantes, y estimar más lo que aprueben muchos o los más virtuosos y excelentes. Así como estas cosas son las mejores en la comparación, así las contrarias son las peores.

La comparación de cosas iguales no tiene mayor ni menor, es igual. La comparación por igualdad procede así: si es digno de alabanza el dar buen consejo a los ciudadanos, también lo será el defenderlos: es así que es verdad lo primero; luego también lo segundo.

Queda expuesto y terminado el modo de hallar los argumentos por definición, partición, notación, conjunción, género, forma, semejanza, diferencia, contrarios, adjuntos, consiguientes, antecedentes, repugnantes, causas, efectos, comparación de mayor, menor e igual: no queda otra fuente de argumentos; pero como desde el principio he prometido hablar de algunos lugares íntimamente unidos con aquel de que se disputa, y de otros extrínsecos, añadiré algo sobre ellos, aunque no tiene mucha aplicación a vuestras controversias; pero corno no te deleita sólo el derecho civil, y además esto que escribo para ti ha de llegar a manos de muchos, he de procurar satisfacer a todos los que tienen amor a los buenos estudios.

 
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Tópicos a Cayo Trebacio de Marco Tulio Cicerón   Tópicos a Cayo Trebacio
de Marco Tulio Cicerón

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