"Cuando en sus períodos de sueños,
crean ver a través de una niebla, a seres desconocidos, muy parecidos a ellos
mismos, que los observan y algunas veces también les hablan; hacerles entender
que solamente se estará registrando en nuestros bancos de datos, las novedades
grabadas en sus cerebros. Una vez despertados, deberán explicarles que ellos
formarán una especie de Guardias de Elite, cuidando la infancia racial de sus
congéneres.
Al oír este último párrafo del relato, Dany se puso tenso y sintió
como si un escalofrío le corriera por la espina, instintivamente levantó el pié
del acelerador.
Gellian, mirándole a los ojos,- preguntó.
-¿Que le pasa? -y continuó-. Cuando niño y hasta su adolescencia.
¿Tuvo usted esas extrañas visiones, que luego fueron desapareciendo?. Sí, lo que
está pensando, aunque se resista a creerlo, es verdad. Usted es uno de los que
forman la progresión matemática, igual que yo.
Por el Este, el próximo amanecer ya teñía el cielo de un bonito
color amarillo verdoso.
Estaban cerca de la ciudad de córdoba. Gellian sugirió, detenerse
en una estación de servicios que ya veían desde la ruta, invitó a Daniel tomar
un café y él trataría de responderle todas sus preguntas.
-Quien es usted? -Preguntó Dany, aún algo "chokeado".
-Tranquilo, ya le aclararé todo. -contestó su circunstancial
compañero de viaje.
Daniel ubicó el coche en la playa de la estación y ambos se
dirigieron al bar, eligieron una mesa algo retirada, pidieron dos desayunos, sus
miradas se encontraron y por un instante, se mantuvieron firmes.
-Desde ya, sepa usted que no soy ningún mitómano y se lo puedo
demostrar, -comenzó diciendo el Dr.Gellian.
Dany sintió dentro de su cabeza, como una explosión de
caleidoscópicos colores, a continuación empezó a ver un extraño cielo nocturno
lleno de estrellas, inmensas nubes estelares y cercanos soles de variados
colores; segundos después, la visión desapareció. -¿Que le pareció esa fugaz
visión del universo? -preguntó su extraño pasajero, con una sonrisa.