-Levántate, haragán y saluda a tu querida tía Raquel.
Bella como siempre, Raquel apoyada contra el marco de la puerta,
lo miraba sonriente.
Se levantó y fue a abrazar a su entrañable amiga y tía, luego
sentados al borde de la cama, charlaron un buen rato, hasta que la voz de
Giselle les llamó a almorzar; en el trayecto al comedor, Dany se detuvo y
comentó:
-Dime, te dejó saludos un Dr.John Gellian. ¿De donde lo conoces?
-Preguntó y agregó: También me pidió que te dijese, que ya me puedes dar la
sorpresa. ¿De que me estaba hablando? -volvió a preguntar el sobrino a su bella
tía y confidente.
Con una enigmática sonrisa, Raquel, le respondió:
-Después te explico.
Raquel, con su doctorado. en Filosofía y Ciencias Políticas era
una mujer cultísima, hablaba correctamente cuatro idiomas aparte del suyo; entre
las novedades que le contó a Daniel, una de ellas, fue que había sido designada
para presidir la comisión de Derechos Humanos en representación de Francia, ante
la Organización de las Naciones Unidas. Así que tendría que viajar, en forma
periódica a Nueva York.
-¿Que te parece tu tía, sobrinito ?.-Le preguntó Raquel, poniendo
cara de suficiencia.
Más tarde, Daniel, se estaba vistiendo para salir, iría a las
oficinas centrales de la empresa para la que él trabajaba; por más que ya lo
había hecho por escrito, tendría que rendir un detallado informe a su gran amigo
y jefe del departamento. de Ingeniería para el Exterior, Marcel Reinar; habían
estudiado juntos, casi toda su carrera, luego se dejaron de ver, por esas cosas
del trabajo hasta que, haría tres años Marcel, lo llamó por teléfono citándolo
para verse; lo hicieron y su amigo invitó a Daniel para que pase a integrar su
"Staff" de ingenieros en la empresa actual.
Desde las oficina, había hablado por teléfono al garaje donde
tenía guardado su automóvil, pidió que se lo preparen; luego de tantos meses sin
usarlo, tendrían que verificar batería, combustible, aire de las ruedas,
etc.
Luego, recapacitó y cambió de idea, lo retiraría recién al día
siguiente.