Con un poco de práctica, adquirirá habilidad para esto.
El "747" ya volaba a doce mil metros de altura.
Al abordarlo, John Gellian propuso a Dany dormitar un poco,
llevaban muchas horas viajando juntos y no habían dormido nada.
-Para usted sobre todo, es más necesario, así se le calmará esa
"turbulencia" mental que debe tener en estos momentos.
Dany pensó que le sería imposible dormir,
sin embargo, su propio cerebro se ocupó de hacerlo; cuando se encendieron a
pleno las luces de la cabina, recién entonces se despertó.
Gellian, que ya estaba despierto
comentó:
-Están por servir la cena.
Las azafatas ya estaban preparando el servicio en el extremo del
pasillo, entre ellas había una hermosa trigueña de no más de veinticinco años,
un cuerpo y una prestancia dignos de estar en la pasarela de un desfile de
modas. -"¿Ella no pensará lo mismo?", -se dijo para sí.
Una voz femenina resonó en su cabeza, -"Pienso lo mismo que usted,
pero en esta función soy más útil, por favor retírese" y luego oyó la misma voz
que decía, "Hola John, tendrás que instruir a tu Bello Durmiente, sobre las
buenas costumbres de no incursionar sin autorización, en las mentes de las
mujeres".
Gellian se largó a reír.
Dany, no sabía que estaba sucediendo, cuando comprendió, sintió un
rubor en el rostro y pensó en el dicho, "Tierra trágame" y asombrado, -comentó a
su vez: -¿Pero será posible, tantos son, que a cada paso me encontraré con uno
de ellos?
Gellian, todavía sonriendo, le respondió.
-Es Isabel, uno de nuestros mejores elementos femeninos.
-Eso jamás lo pondré en duda, -comentó Dany.