-Como lo oye, amigo, en la Catedral... Y también en la Iglesia
del Socorro, donde hay un curita tucumano muy recomendado por grandes
federales... pero parece que es un traidor y anda en contacto con los
unitarios.
Troncoso interviene vivamente:
-Si usted lo desea, esta misma noche le hacemos una
visita...
-No, Troncoso, le dije que primero hablaremos con el
Restaurador. Hay que ver qué quiere, cuándo lo quiere y cómo lo quiere...
-¿En Palermo?
-Claro, iremos a Palermo, recibiremos instrucciones y mañana
observaremos la conducta del obispo y sus secretarios. Porque como usted sabrá,
mañana es un día clave.
-No me diga que el carro va mañana...
-Así es, amigo. Para mañana está dispuesto que las damas más
sobresalientes de nuestra sociedad se turnen después de los jefes y generales,
para arrastrar el carro con el retrato triunfal de nuestro Gran Héroe hasta la
Catedral... Y ahí veremos si las máximas autoridades de nuestra Iglesia se ponen
en contra o a favor del Salvador de la Patria... Veremos qué hacen los obispos,
los curas y las monjas.
-¿Y con el curita del Socorro?