-¿Y la cultura y la educación, qué...? ¿Tampoco fueron
potenciadas por la Revolución? -intercedió muy irritado el alumno, que empezaba
a verse desbordado por los contundentes argumentos del profesor frente a sus
parabienes revolucionarios.
-¿La cultura? ¿Sabes que hubo muchos escritores
censurados o libros prohibidos? ¡hasta los grupos de salsa más famosos, como la
Charanga Habanera fueron sancionados sin poder actuar por moverse, según ellos,
obscenamente en el
escenario!
Sergio Sandoval quedó a la espera de una nueva
respuesta que no llegó, antes de
proseguir.
-Referente al tema de la educación, efectivamente, a
diferencia de otros países de Latinoamérica fue gratuita e universal, y gracias
a la Revolución no hubo analfabetos, y el pueblo cubano, en general, es, hoy en
día, muy ilustrado, pero convendría saber algunas cosas que, de nuevo, confirman
la dictadura a que estaba sometida la
población.
La causticidad del enseñante parecía no tener
límites.
-Por ejemplo, en los currículos se les daba más valor
al adoctrinamiento de los jóvenes que a los contenidos más importantes; el
gobierno determinaba a cada estudiante si podía ir a la universidad y qué tipo
de carrera debía estudiar, y, además, todos tenían que trabajar,
obligatoriamente, una época del curso en el campo, viviendo en lúgubres barracas
y recibiendo una alimentación infecta. ¿Estarías tú dispuesto a eso en tu
país?
El alumno se dio, finalmente, por rendido en sus
ánimos de seguir refutando al
profesor.
Ya pasada la hora en que todos debían abandonar el
aula, Sergio Sandoval ofreció la posibilidad de hacer la última
pregunta.