Tengo un recuerdo muy especial para quienes, fueron mis amigos,
cuando a partir del 20 de Agosto de 1985 llegué trasladado al Yacimiento Norte,
Campamento Vespucio en esta tierra salteña, a la que siempre me sentí unido,
porque salteño era Luis Juan Barbosa, mi abuelo materno, nacido en 1901 en
Carrera Muerta, cerca de San Antonio de los Cobres.
Aquí, fueron mis primeros amigos
muchos médicos como los doctores Cesar Rojo, José Carreón Rojas, Girón, Pablo
Olmos, Legón, Eduardo Roldán, Pablo Tejerina Sossa, Luis María (Lucho) Comezaña, el "pelado Camut", Victor Willams y el "loco"
Zufriategui con el que compartía mi habitación en el Pabellón de Ingenieros y
por el que llegué a conocer ese ambiente tan especial que era el Hospital
Vespucio (donde muchos años después iba a nacer Javier Luis, mi único
hijo).
En ese Pabellón compartí parte de mi vida con el Ingeniero Arturo
Pereyra y con el Contador Público Gregorio Palacios, sanjuanino para más datos,
mis vecinos de la derecha y de la izquierda.
Al asumir como Segundo Jefe de la Representación Legal del
Yacimiento, tuve el privilegio de que mi Jefe fuera el posteriormente Senador
Nacional por Entre Ríos, doctor Arturo Leandro Vera y allí me sufrieron, a mi y
mis circunstancias, diría Ortega y Gasset, Oscar Remigio "El Chunca" Nieto, mi
Secretario y hermano del Chango Nieto, don Pedro Alvarado que era el Secretario
del doctor Vera, Samuel Nievas, Jefe de Servidumbres Mineras y "Colorín" Pedro
Gómez. Después llegaron Ramón Estergidio Lazarte, Norma Padilla, Adriana
Alcaráz, la doctora Patricia Coca y la doctora Celia Naser.
Cómo no recordar a Daniel Facciano Jefe de Seguridad Industrial
(uno de mis amigos más entrañables y Quilmeño como yo) y a Juan Alfio García del
Departamento Suministros, si con ellos fundamos el Cuerpo de Bomberos
Voluntarios de General Enrique Mosconi, a
Rubén Trigo y a Carmelo Copa de Seguridad Industrial, a Miguel Montenegro Jefe
de Transportes Aéreos que me enseño los rudimentos de poder pilotear
aviones, al Contador Alberto Casteluchi y a Martín Martín de Contaduría, a Hugo
Romero el mejor mozo que conocí, a Dora Segovia, a Norma Galván, a Marta R.
Aban, a la Cartógrafa Marta Bassi , a la Contadora Sobeida Acosta, a la
Ingeniera Agrónoma Inés Ruiz.
Mi recuerdo también para aquellos que luego de disuelta YPF fui conociendo y
poco a poco, por distintas circunstancias, se convirtieron en mis amigos, como
Carlos Paredes y José Peralta dos de mis ex alumnos en la Escuela Técnica de
Vespucio, Héctor Torres reconocido periodista de radio y televisión, Elbio
Jurado, el Ingeniero Alfredo Silva, Irma y Rosa Godoy, Humberto Brancich, José
Daniel Flores, Juan "El Colorado" Zerda, Alberto Sosa, Aníbal Martínez, Mario
Corbalán y Oscar Perea.
Y en definitiva, recordar también a los 36.935 agentes que siempre
han tenido y seguirán teniendo a nuestra YPF en sus
corazones.
Todos ellos, hombres y mujeres de carne y hueso, que dieron lo mejor
de si por esa empresa, con aciertos y errores como todo ser humano, con sueños e
ilusiones porque no eran tan solo un número de legajo, eran la sangre que daba
vida a la empresa petrolera mas completa del mundo, pero que la incompetencia,
la avaricia o la locura de un grupo de improvisados funcionarios políticos, no
dudó en destruir, matando así no solo los sueños y esperanzas de los empleados
de YPF,
sino condenando a toda la Nación Argentina.
¡Que Dios los perdone!